lunes, enero 24, 2005

La Catequesis en el Proceso de la Evangelización

Por Lupita Vital C.
Lo que oímos y aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron no lo ocultaremos a sus hijos, lo contaremos a la futura generación: las alabanzas del Señor, su poder, las maravillas que realizó. (Salmo 78,3-4)
Estamos acostumbrados que durante los meses de agosto y septiembre, en las parroquias de la Diócesis de San José se haga la invitación a los padres de familia de inscribir a sus niños(as) en el programa de la catequesis.

Por lo tanto, es imposible que en el pensamiento de los adultos quepa el pensar que la “catequesis” es para los adultos. Corresponde a los adultos de la comunidad ofrecer un proceso catequético que ayude a la maduración de la fe de los convertidos y bautizados.[1]

Es tiempo de despertar, es tiempo de darnos cuenta que, solamente seremos auténticos discípulos(as) de Cristo si atendemos y realizamos nuestra misión de hacer crecer el Reino de Dios, hasta llegar a la plenitud de Cristo (Ef. 4:13).[2]

La palabra proceso, quiere decir ir hacia adelante en el transcurso del tiempo. Por lo tanto son los adultos que a través de su propia experiencia y continúa conversión que, ayudan a otras personas (niños(as), adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos(as), a descubrir su propio proceso en la vida de fe. Solamente por sus experiencias serán capaces de seguir a Jesús.


Ejemplo del Proceso Catequético

La Catequesis es un proceso:

  1. Experiencia Humana: Reflexionamos en nuestra experiencia como seres humanos en el mundo. (Compartir la experiencia humana, signos naturales etc.)

  2. Mensaje: Escuchamos el mensaje de Dios al compartir las historias y experiencias de la comunidad y lo que hemos captado en:

    a) La creación de Dios – naturaleza, seres humanos, cosmos etc.
    b) La Sagrada Escritura, signos bíblicos y signos de los tiempos.
    c) La Tradición y Testimonio de la Iglesia, signos eclesiales.
    d) La Liturgia de la Iglesia, signos litúrgicos (la oración pública de la Iglesia – la misa, la celebración de los sacramentos, la liturgia de las horas, etc).

  3. Integración del Mensaje: Integramos el mensaje de Dios en nuestras vidas por medio de la reflexión individual, del diálogo con los que participan en la catequesis con nosotros y en la comunidad de creyentes. Esto es integrar la vida y la tradición.

  4. Respuesta: Respondemos al mensaje de Dios con un compromiso, de acción y oración.

Este proceso puede también resumirse de la siguiente forma:

a) Ver Analizamos nuestra realidad y vemos lo que Dios nos dice en su mensaje.

b) Juzgar Juzgamos nuestra realidad de acuerdo a los valores del mensaje de Dios (Evangelio).

c) Actuar Nos comprometemos a cambiar nuestras vidas orando y actuando de acuerdo a los valores del mensaje de Dios (Evangelio). Actuando justamente significa que debemos trabajar por la justicia y la paz.


La Catequesis

La Catequesis es un proceso que dura toda la vida. La Catequesis al servicio de la educación permanente de la fe. La educación permanente de la fe en la comunidad cristiana. (DGC #69).

En el Proceso de la Catequesis compartimos:

  • Historias
  • Experiencias
  • Significados
  • Ritos
  • Valores
  • Símbolos

En la Catequesis realizamos cuatro tareas importantes:

  • Nos reunimos para formar a la comunidad
  • Reflexionamos en nuestras historias y valores personales, familiares, culturales y comunitarios
  • Nos motivamos para orar unos por otros enriqueciendo nuestra oración personal y comunitaria
  • Nos motivamos unos a otros para servir a Dios y a su pueblo con alegría y esperanza

La catequesis se basa en la experiencia del crecimiento de las personas. Por lo tanto debemos de tener siempre en cuenta que: en todo momento el ser humano debe profundizar en sus propias experiencias e iluminarlas con la luz de la fe.[3]

La Meta de la Catequesis es:

Dar fuerza y vigor a nuestra fe cristiana. De tal forma que invita a cada uno de nosotros los creyentes a tomar el riesgo y llegar a una sincera conversión a un cambio continuo desde el corazón. Por esta razón no debemos de perder de vista las tareas fundamentales de la Catequesis: ayudar a conocer, celebrar, vivir y contemplar el misterio de Cristo (DGC #85).

Las Tareas Fundamentales de la Catequesis son:

  • Propiciar el conocimiento de la fe
  • La educación litúrgica
  • La formación moral
  • Enseñar a orar

Otras tareas relevantes de la catequesis: iniciación y educación para la vida comunitaria y para la misión (DGC #86).

Tareas relevantes

  • La educación para la vida comunitaria
  • La iniciación a la misión

¿Por qué la Oración es importante en el Proceso de la Catequesis?

Santa Teresa del Niño Jesús, decía que: “La oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de agradecimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría”.[4]


La Oración

Como catequistas es nuestra responsabilidad el guiar a nuestros catequizandos en la oración. Debemos tomar en cuanta toda su persona, su cuerpo y su espíritu. También debemos de integrar su edad, tradición y cultura, es decir a la persona entera.

En el Evangelio de San Mateo (Mt. 6:6), Jesús dijo a sus discípulos que cuando hicieran oración fueran a su cuarto y cerraran la puerta y se comunicaran con su Padre.

Sugerencias para iniciar la oración con las personas que catequizan:

  • Invitar a las personas a guardar silencio para que tomen conciencia de todo su ser. Así lograrán – escuchar la presencia de Dios.
  • Contemplar la naturaleza. Así podrán – responder a la presencia de Dios.
  • Orar en silencio. Así lograrán – encontrarse con Dios en nuevos caminos.
  • Oración de alabanza (caminando, explorando, contemplando, admirando, dibujando o pintando, escribiendo y alabando a Dios). Así desarrollarán – una relación personal con Dios, y se darán cuenta que El es maravilloso y desea nuestro bien.
  • Oración espontánea de admiración por lo contemplado. Esta puede ser de la siguiente manera.

    a) Elevar los brazos – significa alabanza y acción de gracias
    b) Elevar los brazos y juntar las manos – significa adoración
    c) Brazos sobre el pecho con inclinación de la cabeza – significa humildad, disponibilidad, pobreza de espíritu
    d) Abrir los brazos – significa apertura a Dios y a los demás
    e) De rodillas – significa adoración y respeto
    f) De rodillas inclinando el cuerpo hasta tocar con la cabeza – significa actitud de escucha y de acogida
    g) Sentados – significa actitud de escucha y de atención
    h) De pie con un pie delante del otro – significa decisión de caminar, de actuar a favor de los demás

Ejemplo de la Oración Comunitaria

Líder:
Oremos,
Nos llamas a ser tus discípulos(as),
Tu, Señor que aceptas toda carga difícil,
que caminas por el desierto
que rebelas poco a poco Tu Gloria,
cuando todo parece estar perdido
y cuando todos(as) flaqueamos.
Levántanos en las alas de tu promesa,
en los momentos de desesperanza,
en los cuales vamos contra corriente.
Nos dijiste que somos tus amigos(as) y discípulos(as).
Permanece siempre con nosotros,
En nuestro caminar de fe.

Todos(as): AMEN.


Lector(ra) 1: Lectura de la Carta a los Romanos. (1, 16b.17)
El Evangelio es la fuerza de salvación de Dios para todo el que cree. Porque en él se revela la justicia salvadora de Dios para los que creen, en virtud de su fe, como dice la escritura: “El justo vivirá por su fe”.

Todos(as): Te alabamos Señor.


Lector(ra) 2: Por favor extiendan sus manos hacia el frente, con las palmas hacia arriba. (Pausa)
Señor,
Bendice estas manos que claman a ti y que desean servirte a Ti y a tu comunidad. Haz que ellas toquen con cariño y bondad los corazones de piedra donde se esconde el odio, la venganza y la injusticia, para que por Tu amor se transforme nuestra comunidad y nuestro mundo tan sediento de Ti.

Todos(as) cantando: Caminaré en presencia del Señor. (2 veces)


Lector(a) 3: Veamos cada uno de nuestros pies. (Pausa)
Señor,
Bendice estos pies que corren día a día sin parar, que tratan de seguir Tu camino, que a veces bailan tratando de escaparse del trabajo que debemos hacer, que a veces no se mueven para hacer lo que realmente es importante.

Todos(as) cantando: Caminaré en presencia del Señor. (2 veces)


Lector(ra) 4: Crucemos nuestras sobre nuestro pecho. (Pausa)
Señor,
Bendice este corazón que puede cargar más de lo que lleva sufriendo, que lleva los golpes del sufrimiento del mundo. Despiértalo a sentir y a trabajar para lograr que la violencia desaparezca y encontremos juntos la paz y el amor.

Todos(as) cantando: Caminaré en presencia del Señor. (2 veces)


Lector(ra) 5: Extendamos nuestros brazos hacia arriba, con las manos abiertas. (Pausa)
Señor,
Dios Todopoderoso, ya que con nuestra reflexión imitamos a Tu Hijo Jesús que subió a la montaña a orar y descansar en ti, te pedimos que nos nutras con tu amor y sabiduría para regresar a nuestras familias y comunidad a proclamar tu mensaje y a transformar nuestra vidraa con tu palabra. Todo esto te lo pedimos en el nombre de Tu Hijo Jesús que contigo vive y reina por siempre.

Todos(as): AMEN.

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[1] Vea, “Directorio General para la Catequesis Guía para el Estudio, Secretariado Nacional de Catequesis” (Publicado por Edita: Editorial Edice, Impreso en España/Printed in Spain, 1998) 80. volver

[2] Vea, “Sentíamos Arder Nuestro Corazón Plan Pastoral de Estados Unidos para la Formación en la Fe del adulto, Declaración de los Obispos Católicos de los Estados Unidos” United States Catholic Conference, Washington. D.C. 2001). 8#24 volver

[3] Vea, “Comunidad Niño Eucaristía una Alternativa en la Pastoral Catequética de las Primeras Comuniones” por P. Carlos Alzaga (Editado y experimentado en Guadalajara Jalisco México, por el Secretariado de Evangelización y Catequesis) XII. volver

[4] Vea, “Catecismo de la Iglesia Catálica” Publicado por Doubleday (New York, 1995). # 2558. volver

miércoles, enero 12, 2005

La Epifanía del Señor

Por Miguel Arias

Tres ReyesLa Iglesia entera ha celebrado en distintas maneras la manifestación de Jesús como Dios. Los Evangelios nos ofrecen un relato sencillo y profundo sobre la intención que Dios tiene al manifestarse plenamente por medio de su Hijo Jesús –Dios salva. El relato de san Mateo, ocupado en presentarnos a Jesús como el cumplimiento total de las promesas de Dios, nos dice que fueron unos sabios de oriente quienes reconocen a Jesús (Mateo 2:2), además nos dice que “lo adoraron postrados en tierra. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra” (Mateo 2:11).

San Lucas nos presenta el relato del nacimiento de Jesús de una manera sorprendente y sumamente original. Con tal relato nos presenta al Dios encarnado que viene a redimir al pobre, y a diferencia de Mateo, no son unos sabios quienes reconocen su nacimiento, sino unos pastores, que pasaban la noche en pleno campo y que cuidaban sus rebaños por turnos. Al igual que a María, es un ángel quien les anuncia: “les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor” (Lucas 2:11).

Si reconocemos que San Lucas escribió su Evangelio para una comunidad donde había muchísimos pobres, y que en su mayoría eran gentiles (no judíos), nos será más fácil entender cómo es que Dios se manifiesta a los pobres en la persona de los pastores, y a la vez, y comprender mejor la opción que Jesús hace por los pobres, desvalidos, enfermos, y marginados. A diferencia de Mateo –donde son sabios y ofrecen regalos, los pobres del Evangelio de Lucas le ofrecen aun un tesoro mayor: glorifican y alaban a Dios porque todo lo que habían visto y oído fue como se los anunció el ángel. (Lucas 2:12).

Marcos no nos ofrece un relato del nacimiento de Jesús, porque Marcos va al grano, a darnos la “buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios” (Marcos 1:1). Juan nos presenta la revelación de Dios como algo que arrancó desde los orígenes, “Al principio” (1:1). Es decir, Dios siempre se ha manifestado. Así pues, será el autor de la carta a los Hebreos quien nos ratifique tal certeza, de que en otros tiempos Dios habló a nuestros padres por medio de los profetas, pero ahora nos ha hablado plena y totalmente en su Hijo Jesús (Hebreos 1:1).

Esta solemnidad litúrgica nació en la Iglesia de Oriente, en Egipto, a mediados del siglo III. Los cristianos de Oriente celebraron la manifestación de Dios entendida como su nacimiento. Asimismo, sobre una fiesta pagana que ofrecían al dios Aión (dios del tiempo), imponen su propio espíritu cristiano, celebrando así el nacimiento de la luz del mundo. En la Iglesia de Oriente, al menos en Jerusalén y Siria, comenzaron a celebrar la Epifanía hasta el siglo IV, pues ya la fiesta de Navidad se había impuesto sobre la celebración que el imperio romano tenía para el sol naciente, que era precisamente el 25 de diciembre. En vez de la fiesta pagana, los cristianos celebran el nacimiento del Hijo de Dios como la luz del mundo, como la luz que vence a la oscuridad, y precisamente, en el hemisferio occidental, a partir del 25 de diciembre, la oscuridad comienza a disminuir. Por tal razón, la Iglesia de Occidente añade una fiesta más a las celebraciones del natalicio de Jesús, en lo que la Iglesia de Oriente celebra el nacimiento de Jesús, precisamente en la Epifanía.

Aunque litúrgicamente la Navidad concluye con la solemnidad del Bautismo del Señor, muchas veces la Epifanía pasa desapercibida en su sentido más profundo. En la tradición de algunos pueblos (sobre todo del Centro y Sur de México) se tiene por costumbre dar juguetes a los niños, tomando el Día de Reyes como la Epifanía.

Mientras que los sabios le presentan sus regalos a Jesús, y por medio de ellos reconocen en él a Dios (incienso), al Rey de Israel (oro), y también al Mesías sufriente (mirra), algunos cristianos comparten los juguetes y otros artículos con los niños. Aunque el calendario litúrgico está por concluir la temporada navideña (ya que la Epifanía se celebra el domingo anterior al Bautismo del Señor), el calendario popular aun está a todo vapor.

La casa se ha adornado desde el comienzo del adviento y el nacimiento perdurará hasta 40 días después de la Navidad (2 de febrero), que litúrgicamente coincide con la Purificación de María (algunas personas también le llaman la Presentación del Niño Jesús al templo), y popularmente coincide también con otra fiesta de la luz: La Candelaria. Tal tradición popular responde a la práctica de la antigua Iglesia de Jerusalén, la Iglesia madre, la cual concluía sus celebraciones del natalicio de Jesús con la fiesta de la presentación en el templo. Una vez más vemos en completa coincidencia el calendario litúrgico oficial, el popular, y la fidelidad a la tradición.

A nivel parroquial bien valdría la pena organizar algún retiro bíblico para una reflexión sobre los puntos que nos revela Lucas y Mateo. Asimismo, se puede dar prominencia al Niño (que está en el pesebre), por ejemplo elevándolo (como se hizo en la nochebuena) al canto del gloria. Si se tiene una celebración eucarística con personas especiales, bien valdría la pena dramatizar el Evangelio, y catequizar a toda la Iglesia por medio de la experiencia. Para el retiro bíblico le sugiero Seis semanas con la Biblia. Mateo 1–2, Lucas 1–2: Alegría para el mundo (disponible también en inglés), impresos por Loyola Press (800)621-1008. http://www.loyolabooks.org/. Si prefiere continuar la tradición de reunirse en familia y celebrar el acostamiento del niño, está muy bien. Además del tradicional Rosario y la vestidura del Niño, bien podrían leer uno de los textos de Lucas o Mateo y ser parte de un diálogo bíblico de primera clase.

¡Feliz Epifanía! ¡Feliz Día de Reyes!