jueves, febrero 14, 2008



Segundo Domingo de Cuaresma
Mirando Hacia atrás y Hacia adelante
Ciclo “A”

Por
Lupita Vital C.
vital@dsj.org

“Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.”
(Mateo 17:1-9)

Cada año en el segundo domingo de Cuaresma, el Evangelio nos narra la Transfiguración de Jesús, con la presencia de Moisés y Elías. La Transfiguración nos recuerda la Historia de la Salvación y además nos anticipa la gloria y el esplendor de Jesús en la Pascua con su Resurrección Gloriosa. Esto para nosotros debe ser una esperanza para llegar a la santidad y a la vida eterna. Es por esta razón que la Transfiguración del Señor es una oportunidad de ver hacia atrás toda la bondad de Dios a través de los tiempos para todas las generaciones, y hacia adelante el poder figurar nuestro futuro en compañía de Jesús en el cielo.


¿De qué forma vemos la bondad y ternura de Dios en nuestra vida? ¿Cuánto nos ayuda la Transfiguración del Señor para buscar las cosas del cielo?

En la Biblia la Historia de la salvación da comienzo con el llamado de Abraham. “Yahveh dijo a Abram: Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.” (Génesis capítulo 12:1ss). Después del pecado de Adán y el asesinato de Abel por su hermano Caín, el diluvio y la Torre de Babel. El llamado de Abraham marca un despertar nuevo y un nacimiento del pueblo de Dios, ya que este sería llamado padre muchas generaciones por su gran fe y respuesta a Dios sin condiciones.



¿De qué forma en la actualidad le damos respuesta a Dios de lo que nos pide dejar atrás? ¿De qué forma podemos medir nuestra fidelidad a su llamado en nuestra vida?

El evangelio también nos muestra a dos grandes figuras del Antiguo Testamento a Moisés y a Elías. Moisés que con mano fuerte saco de la esclavitud al pueblo de Israel guiándolo hasta la tierra prometida y liberándolo de las manos del Faraón Egipcio. Y Elías el gran profeta del norte de Israel durante el siglo noveno A.C. Que fue de gran ayuda para el pueblo en sus tiempo, como consolador y haciendo milagros. Estas dos grandes figuras le dan gran realce a la Transfiguración de Jesús para continuar con la ley prescrita por Moisés y a Elías representando a los profetas en la historia de la salvación.

Al escuchar el Evangelio de la Transfiguración en está segunda semana de Cuaresma, debe darnos una proyección hacia la Pascua venidera, con la Resurrección de Jesús como un triunfo de la muerte. Las palabras del Padre deben de alentarnos para ser unos hijos e hijas amados(as) del Señor Dios que nos impulsa por nuestro bautismo a cumplir con nuestros deberes de siervos obedientes a su voluntad tal como Jesús respondió a costa de su propia vida.

La Cuaresma no tiene ningún sentido si no nos guía a Transfigurarnos por medio de la cruz, con el propósito de resucitar. Hoy es el tiempo de penetrar nuestro corazón a estos grandes misterios de nuestra salvación.



¿Cómo hacerlo? ¿Cómo ser como Abraham, Moisés, Elías y los discípulos que entendieron la forma de ver hacia atrás y proyectarse hacia el futuro con Jesús?


La receta nos la da el mismo Jesús, de acuerdo con su vida al crear y vivir la justicia para todos los pobres y reconciliar a todas las gentes por medio de su invitación de vivir una vida autentica, una vida llena de fe.


Todos stamos invitados en esta Cuaresma a dar la buena nueva a los oprimidos, a los prisioneros, a los secuestrados y a los enfermos. En fin a todo ser que sufre de injusticias, llámese mujer, niño(a), hombre joven o anciano(a). Somos cristianos llamados a ser santos(as), por lo tanto debemos de asumir los duros trabajos que el Evangelio no da, para poder gritar como Pedro. “Señor, bueno es estarnos aquí.” Sin embargo hay que continuar hay que seguir haciendo el bien y llevando nuestra cruz para resucitar en la pascua junto con Jesús.

sábado, febrero 09, 2008

Primer Domingo de Cuaresma (Ciclo A)

por
Lupita Vital Cruz




¡Señor, lléname con el aliento de Tú Santo Espíritu! (Mateo 4,1-11)
Cuando hemos tenido la oportunidad de ver nacer a los niños(as) nos llevamos tremenda sorpresa de ver que al salir del vientre materno el color de su piel está algo obscura. No tienen el color rosadito que les vemos horas después de nacidos. Su color cambia cuando empiezan a tomar aliento a la nueva vida. Se llega a la conclusión de que el aire es un elemento vital para adquirir color.

Algo parecido pasa con nuestra experiencia en la vida espiritual. Si detenemos el aliento y no dejamos respirar el Espíritu de Dios en nosotros truncaremos de tajo el movimiento de la gracia que ya existe en nosotros por nuestro bautismo. Nuestro deber es darle color a la vida espiritual para que podamos respirar.

En el Evangelio de este primer domingo de Cuaresma, vemos que las tentaciones tratan de afectar la misión a la que estaba llamado Jesús. San Mateo nos ayuda a entender este llamado haciendo de su relato un tema teológico muy fuerte y de gran valor. Lo que debemos de ver es como el Espíritu mueve a Jesús y lo guía hasta el desierto, para preparase a su misión de llevar a cabo el Reino de Dios a toda creatura. Y las tentaciones no tienen cabida en Jesús que busca a su Padre que lo fortalece.

En el desierto es donde Jesús tiene un gran encuentro con Dios que lo fortalece y acompaña en los momentos más críticos de su vida terrena. Pero a nosotros ¿Qué nos dice todo esto? ¿Qué podemos aprender y llevar a cabo en nuestra vida de esta experiencia de Jesús?

Creo que varias cosas, la primera es que a Dios no se le pone a prueba, la tentación es desafiar a Dios. La segunda es ver como Jesús conoce la Sagrada Escritura y vive la fidelidad y la comunión con su Padre de tal forma que no sucumbe en la tentación, y lo que es lo más importante para nosotros es dejar que el Espíritu de Dios nos guíe al desierto de nuestro corazón en esta Cuaresma y en nuestra vida, para darnos cuenta que nuestro Padre Dios nunca nos abandonará y estará con nosotros en las buenas y en las malas. Entonces cabe preguntarnos ¿Cómo viviremos esta Cuaresma después de haber escuchado el Evangelio?

Confíemos en Jesús que sabe de nuestras inclinaciones torcidas y pidamos que nos vea con compasión. Somos pecadores, necesitamos redención. ¡Ven, Señor y se parte de nuestra vida!


lunes, febrero 04, 2008




Una Cuaresma Más en Nuestra Vida ¿Qué Significa?

Por
Lupita Vital Cruz
vital@dsj.org
408-9830133

Todo dará comienzo con la imposición de la ceniza en nuestra frente. Si, en nuestra frente para que todo el mundo vea nuestra marca de cristianos y damos testimonio de nuestra pertenencia a Cristo. La señal de la cuaresma es la cruz que nos invita a la disciplina en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu. Además recordamos los cuarenta días que paso el Señor Jesús en el desierto en ayuno y oración. (Mateo 4,1-11)

Pero aún mucha gente se pregunta lo siguiente:

¿Por qué tenemos que poner ceniza en nuestra frente el Miércoles de Ceniza?

Nosotros nos ponemos ceniza en nuestra frente para recordar que somos mortales y que muchas cosas durante este tiempo de reflexión deben de morir en nuestras actitudes y comportamientos. Pero a la vez tenemos el reto de crecer en relación con Cristo Jesús que nos mostró el camino de la cruz para poder vivir con más rectitud de corazón. También al poner la ceniza en nuestra frente nos recuerda nuestro compromiso bautismal que nos prepara a renovar las promesas bautismales el día de la pascua.

Otra pregunta es:

¿Por qué no debemos de comer carne el Miércoles de Ceniza y durante los Viernes de Cuaresma?

La tradición de la Iglesia nos invita a no comer carne durante los viernes de cuaresma desde los 14 años de edad. Hacemos esto en memoria de el sufrimiento de Cristo durante el Viernes Santo, con este gesto nos unimos a su pasión.

También nos ayuda a recordar que muchas personas en el mundo no tienen suficiente para el diario vivir. Con este gesto los acompañamos en sus ayunos forzosos que tienen cada día de su vida. Es buena idea que durante este tiempo se done a alguna familia de la comunidad que esta padeciendo aprietos económicos algo de lo que nosotros ahorramos al no comer lo que no necesitamos.

El tiempo de cuaresma también nos invita a ayunar:

¿Quiénes están obligados y qué días?

La Iglesia Católica ha manifestado como obligación al ayuno de todos los católicos el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. La edad es desde los 18 años hasta los 59 si se goza de buena salud. El ayuno consiste en una comida al día y dos pequeñas raciones en el desayuno y la cena.

Aparte de estas obligaciones cuaresmales la tradición Católica nos invita a tres grandes actividades durante la Cuaresma que aumentarán nuestra relación con Cristo Jesús que es centro de este tiempo tan especial.

Tomar ceniza, como señal de nuestra pertenencia a Cristo por nuestro bautismo.

Dar nuestra limosna, cosas materiales y nuestra oración a las personas menos afortunadas que nosotros.

Ayuno y abstinencia

Deseo pues, que este santo tiempo de Cuaresma sea una oportunidad para crecer y dar testimonia en la familia, comunidad y en el mundo entero de que estamos en solidaridad con el que sufre y lo acompañamos con nuestro sacrificio y oración. Este es el gran momento de solidarizarnos con las siguientes peticiones. Oremos, pues, todos juntos.

Por los secuestrados de Colombia y sus familias que con esperanza esperan que sean liberados.

Por la guerrilla y el gobierno para que sepan que también pueden cambiar su corazón de piedra por uno de carne.

Por lo inmigrantes del mundo entero que buscan vivir dignamente en el lugar donde habitan.

Por los enfermos que ya no tienen esperanza que sea Cristo quién los conforte.

Por los gobernantes del mundo entero para que rijan los pueblos con justicia y lleguen a la paz.

Por la Iglesia del mundo entero para que no se canse de trabajar por la justicia y la paz.

Algunas citas de la Biblia para nuestra reflexión personal.

Salmo # 50

Segunda carta a los Corintios 5,20-6,2

Mateo 6,1-66.16.18

Genésis 2,7-9;3,1-7

Romanos 5,12-19

Mateo 4,1-11