viernes, febrero 19, 2016

“Los/las Catequistas como Discípulos Portadores de la Dignidad Humana con una Misericordia Inagotable”




¿Cómo defendemos este privilegio de la dignidad que Dios nos ha otorgado por derecho propio? ¿Qué relación existe entre la forma de proteger la dignidad humana en la sociedad actual y los Mandamientos de la Ley de Dios? La invitación está lanzada y los/las catequistas y evangelizadores debemos de tatuar en nuestro corazón los derechos de cada persona para poder llevar a cabo nuestro ministerio. ¡Ser discípulo implica misionero implica el compromiso de ver, juzgar y actuar!

El Papa Francisco, en su mensaje de, Laudato Si Sobre el Cuidado de la Casa Común, nos advierte que todos somos responsables de cuidar la vida humana y la creación de Dios. En sus seis capítulos advierte que nada de este mundo nos debe de resultar indiferente y que debemos de unirnos  bajo una misma preocupación el bien común. El Papa Francisco lo ha dejado muy claro en su pasada visita a los Estados Unidos y en su reciente visita a México. Lo vimos con su entusiasmo, alegría, compromiso y  lo principal siendo un fiel testigo del Evangelio y dando testimonio de Cristo con su ejemplo.

¡Abramos nuestros ojos para acercarnos a la verdad y vivirla con responsabilidad!


Capitulo 1. Lo que está pasando a nuestra casa

Capitulo 2. El Evangelio de la creación

Capitulo3. Raíz humana de la crisis ecológica

Capitulo 4. Una ecología integral

Capitulo 5. Algunas de orientación y acción

Capitulo 6. Educación y espiritualidad ecológica

Las actas de este documento son muy fuertes el Papa nos exhorta a cambiar de vida y nos da varios puntos de acción. Pero, antes nos hace ver cómo es que hemos ido acabando con el mundo, casa común de todos.

—  El clima como bien común

—  La cuestión del agua ---especialmente aquí en California

—  Perdida de la biodiversidad

—  Deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social

—  Iniquidad planetaria

—  Debilidad en las reacciones y diversidad de opiniones

Puntos claves de acción:

q  Dialogo sobre el medio ambiente y como cuidarlo

q  Dialogo hacia nuevas políticas nacionales y locales

q  Dialogo de transparencia en los procesos de decisión

q  Dialogo  papa la plenitud en la política y la economía

q  Dialogo entre la religión y la ciencia

q  Apostar por otro estilo de vida

Educación que todos debemos tomar en cuenta al hacer nuestro ministerio.

q  Educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente

q  Conversión ecológica

q  Gozo y paz

q  Amor civil y político

q  Signos sacramentales y descanso celebrativo

q  La trinidad y la relación entre las creaturas

q  Reina de todo lo creado

q  Más allá del sol

¿Qué nos ofrece el Evangelio?

q  La luz que ofrece la fe

q  La Sabiduría de los relatos Bíblicos

q  El Misterio del Universo

q  El mensaje de cada creatura en la armonía de todo lo creado

q  Una comunión universal

q  Destino común de los bienes y la mirada de Jesús

El Papa termina con estas freces. “Después de esta prolongada reflexión, gozosa y dramática a la vez, propongo dos oraciones, una que podemos compartir todos los que creemos en un Dios creador omnipotente, y otra para que los cristianos sepamos asumir los compromisos con la creación que nos plantea el Evangelio de Jesús”.  (Laudato Si. Número 246)

Es por esta razón que, al enseñar las sesiones de catequesis especialmente para los adultos debemos integrar los Mandamientos que son clave para el beneficio común.
Ø  Defender la dignidad y la libertad religiosa. (Primer Mandamiento)

Ø  La dignidad humana exige que las personas se les diga la verdad (Segundo mandamiento)

Ø  Tiempo destinado al descanso y al culto divino. ( Tercer Mandamiento)

Ø  Somos miembros de más familia que la nuestra, familia local, nacional y mundial. (Cuarto Mandamiento)

Ø  Derecho natural de la vida hasta la muerte natural y con dignidad. (Quinto Mandamiento)

Ø  La pornografía, infidelidad, tráfico humano de personas para ser prostituidas---nadie debe ser tratado como un objeto. (Sexto Mandamiento)

Ø  Derecho a la propiedad privada, al bien común de todos, el no a la cultura del deshecho, la sociedad considera la creación desechable.  (Séptima mandamiento)

Ø  Criticar mata más que las armas, destruir a las personas en su ausencia, la persona merece su reputación. (Octavo Mandamiento)

Ø  No codiciar a la esposa ni al esposo tener pureza de corazón. (Noveno mandamiento)

Ø  La envidia, la codicia, y los chismes fracturan las relaciones de unos para con los otros.  (Decimo Mandamiento)

Ojala que seamos personas de una conversión constante y de una misericordia inagotable, y que está reflexión sea de gran ayuda para ustedes y para mí. Que logremos en esta Cuaresma 2016 girar nuestro corazón a Dios. Proclamando como Francisco de Asís. “Laudato Si” ¡Alabado seas, mi Señor!

Lupita Vital C.
Directora del apostolado Hispano
Diócesis de San Jose, California
vital@dsj.org




jueves, febrero 18, 2016

"Dios Nunca se Cansa de Perdonarnos. Somos Nosotros los que nos Cansamos de Buscar su Misericordia".Papa Francisco Evangelii Gaudium)




10 de Febrero Miércoles de Ceniza.

La Cuaresma se enfoca en dos aspectos de la vida Cristiana. Primero, recordamos nuestro propio  Bautismo y a la vez asistimos a los que se preparan al bautismo con nuestras oraciones y ejemplo. Segundo, es un tiempo para considerar como hemos vivido nuestras promesas bautismales y observamos más intensamente las disciplinas penitenciales cristianas en orden de vivir más profundamente nuestra fe, las promesas que hacemos, o las que haremos al ser bautizados. Al enfatizar estos dos puntos, la Iglesia se prepara para la Pascua, punto culminante de todo el año litúrgico, en el cual celebramos la resurrección del Señor.
           
            Porque nosotros frecuentemente fallamos para vivir nuestro llamado bautismal, nuestros pecados afectan los caminos de nuestra relación con Dios, del uno para con el otro y en el mundo. Por lo tanto, nuestras penitencias cuaresmales se esfuerzan por alcanzar no solamente una conversión hacia nuestro interior, si no  también hacia el exterior ayudando a la reconciliación con Dios, la Iglesia, los que están a nuestro alrededor y con la creación. Así, pues, la Iglesia durante este tiempo de Cuaresma nos anima a vivir más intensamente tres disciplinas penitenciales. Oración, ayuno, y llevar a cabo obras de  caridad y amor. 

Oración
Durante la Cuaresma, somos animados a participar más frecuentemente en la Eucaristía y en otras formas de oración comunitaria y personal. También es un tiempo especial y beneficioso para celebrar el Sacramento de la Penitencia tanto como otras liturgias de la Iglesia, tal como la Liturgia de las Horas y la Adoración al Santísimo Sacramento. Otras devociones, como el Vía Crucis, que se puede hacer como una oración diaria, leer la Sagrada Escritura, lecturas espirituales, dar limosna, sacrificio personal y aumentar el cuidado por los enfermos y los pobres.
Ayuno y Abstinencia
Negar o limitarse uno mismo sobre la comida nos recuerda nuestra dependencia sobre Dios y el infinito cuidado de Dios por nosotros. Esto también nos obliga a recordar a  aquellas personas que ayunan sin escogerlo o por obligación religiosa, pero si por falta de comida en su mesa y de recursos. Durante la Cuaresma, las personas de 18 hasta los 60 años están obligadas a observar los días de ayuno. Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Ayunar significa comer solamente una comida completa al día. Las otras dos comidas deben ser más pequeñas y deben ser suficientes para mantener la fuerza, juntas no deben ser como una comida completa. Es decir, comer porciones de pequeña cantidad. Líquidos, incluyen leche, y jugo de frutas, se pueden tomar entre las comidas. Si la enfermedad o la habilidad de trabajar se ven afectadas, la persona no está obligada a ayunar. Durante los otros días de la Cuaresma el comer modestamente es también fuertemente recomendado. La abstinencia de carne se debe de observar el Miércoles de Ceniza y todos los Viernes durante la Cuaresma.  Todos los fieles estamos obligados a cumplir con las leyes de la Iglesia el de abstenernos de comer carne en esos días. Esto obliga desde los 14 años. Párrocos y padres de familia deberían asegurarse de que los adolescentes no están unidos por la norma de la Iglesia solamente, sino que deben ser catequizados con un autentico sentido de penitencia, conversión y reconciliación. 

Deberes de la Pascua y la Santa Comunión
Todos los fieles, después de haber participado de la Primera Comunión,  están obligados a comulgar por lo menos una vez al año.  Este deber, norma o ley, debe de llevarse a cabo durante la temporada de Pascua a no ser que haya sido realizada por alguna causa en algún otro tiempo durante el año. En los Estados Unidos,  con referencia a esta ley, la temporada de Pascua es durante el periodo del Primer Domingo de Cuaresma hasta el Domingo de la Santísima Trinidad. (Domingo después de Pentecostés).

Sacramento de la Penitencia
Después del Bautismo y un esmerado examen de conciencia, los miembros de la Iglesia Católica están obligados a celebrar el Sacramento de la Penitencia si conscientemente se ha cometido un pecado grave y no ha sido confesado o mencionado en confesión individual. Es recomendado también confesar los pecados veniales.  Los fieles los cuales son suficientemente grandes para entender que ellos son pecadores se ven obligados a confesar pecados graves por lo menos una vez al año.

¡La Luz está encendida para ti! No faltes a la cita con el Señor. Cada miércoles de 6 a 8 pm en las parroquias de San José California, durante el Tiempo de Cuaresma,  los sacerdotes están al servicio de sus feligreses para recibir el Sacramento de la Reconciliación.

Comencemos, pues, nuestro  programa personal para la Cuaresma. Una forma de serlo es hacer un alto para preguntarnos si pensamos como Jesús pensaba, si tenemos sus mismos criterios ante las formas de ver la vida. ¡Intentemos vivir como él vivía en esta Cuaresma 2016! Podemos empezar leyendo el texto del los Evangelios de Cuaresma.

Primer Domingo de Cuaresma: Lucas 4:1-13
Segundo Domingo de Lucas 9:28b-36
Tercer Domingo de Cuaresma: Lucas 13:1-9
Cuarto Domingo de Cuaresma: Lucas 15:1-3, 11-32 o Juan 9:1-41
Quinto Domingo de Cuaresma: Juan 8:1-11 o Juan 11:1-45
Domingo de Ramos: Lucas 19:28-40 –Lucas 22:14-23:56 o 23:1-49

Ahí, está el secreto para llevar a cabo los tres puntos clave  que ayudan a una verdadera conversión. Limosna, oración y ayuno.

Acerca de mí
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miércoles, febrero 10, 2016

Corre, Corre, que se comen a Jesús y no nos dejan nada



Corre, corre, que se comen a Jesús y no nos dejan nada.



Image hosted by Photobucket.comCorre, corre, que una niña se está comiendo a Jesús y no nos dejará nada. Me gritaban asustados los niños(as), del segundo grado que se preparaban para hacer su primera comunión. Estábamos todos(as) afuera de la Iglesia para entrar en la procesión. Cuando de pronto una pequeña de cuatro años tomo las hostias sin consagrar que estaban en la mesa de las ofrendas. Sin más y con sus dos manos se las llevo a la boca provocando el desconcierto de los presentes.

Esta anécdota me ha ayudado a reflexionar seriamente, y me lleva a pensar que si todos nos comiéramos a Jesús con la avidez que esta niña lo hizo, el mundo sería diferente. Es tan difícil convencernos de las palabras de Jesús cuando nos dice; “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo” (Juan 6: 51).

Durante la Pascua la Eucaristía debería ser el culmen de nuestra vida cristiana. Una vez más el Señor Jesús nos da su Cuerpo y su Sangre, para continuar nuestro peregrinaje hasta llegar a Él.

La Eucaristía nos recuerda que:
  • Dios es amor y al creer esto debemos vivir dando amor a los demás
  • El Señor Jesús nos dio ejemplo de cómo servir
  • El amor y la caridad fraterna vale la pena hacerlo vida
La Celebración de la Eucaristía, es una comida para toda la familia. Es un banquete que nos ayuda a tener intimidad con Dios. No perdamos de vista que es el Señor Jesús quien estrecha esta unión. Por lo tanto celebremos con alegría esta Pascua que apenas comienza. Ojalá que todos(as) corramos al encuentro del Señor Jesús y lo comamos con la avidez que la niña lo hizo.



 Corre, corre, que una niña se está comiendo a Jesús y no nos dejará nada. Me gritaban asustados los niños(as), del segundo grado que se preparaban para hacer su primera comunión. Estábamos todos(as) afuera de la Iglesia para entrar en la procesión. Cuando de pronto una pequeña de cuatro años tomo las hostias sin consagrar que estaban en la mesa de las ofrendas. Sin más y con sus dos manos se las llevo a la boca provocando el desconcierto de los presentes.

Esta anécdota me ha ayudado a reflexionar seriamente, y me lleva a pensar que si todos nos comiéramos a Jesús con la avidez que esta niña lo hizo, el mundo sería diferente. Es tan difícil convencernos de las palabras de Jesús cuando nos dice; “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo” (Juan 6: 51).
Durante la Pascua la Eucaristía debería ser el culmen de nuestra vida cristiana. Una vez más el Señor Jesús nos da su Cuerpo y su Sangre, para continuar nuestro peregrinaje hasta llegar a Él.


La Eucaristía nos recuerda que:



  • Dios es amor y al creer esto debemos vivir dando amor a los demás
  • El Señor Jesús nos dio ejemplo de cómo servir
  • El amor y la caridad fraterna vale la pena hacerlo vida



La Celebración de la Eucaristía, es una comida para toda la familia. Es un banquete que nos ayuda a tener intimidad con Dios. No perdamos de vista que es el Señor Jesús quien estrecha esta unión. Por lo tanto celebremos con alegría esta Pascua que apenas comienza. Ojalá que todos(as) corramos al encuentro del Señor Jesús y lo comamos con la avidez que la niña lo hizo.




©Lupita Vital Cruz



Directora del Apostolado Hispano



vital@dsj.org