viernes, febrero 10, 2017

¿Qué tiene que ver el Miércoles de Ceniza con la Cuaresma?






La temporada de Cuaresma se enfoca principalmente en dos aspectos de la vida Cristiana. Primero, recordamos nuestro Bautismo y reflexionamos sobre este junto con aquellas personas que se preparan para ser bautizadas.
Segundo, analizamos que tan bien o pobremente hemos vivido nuestras promesas bautismales. Así, pues, observamos con más intensidad las disciplinas penitenciales cristianas con tal de vivir más fielmente las promesas que hicimos, o vamos a hacer, en el Bautismo. Al hacer énfasis en estos dos puntos, la Iglesia se prepara para la gran temporada de Pascua cuando aquellas personas que no son cristianas todavía son bautizadas y los ya cristianos renuevan sus promesas bautismales.

Debido a que frecuentemente fallamos en vivir nuestro llamado bautismal pecamos de formas que afectan nuestra relación con Dios, con nuestro prójimo, y con el mundo. Por esa razón, la penitencia Cuaresmal no solamente busca la conversión interna y la obediencia a Dios sino también signos de una reconciliación externa con la Iglesia, con la sociedad, con las personas a nuestro alrededor, y la creación. De tal manera, la Iglesia nos invita a seguir más intensamente tres disciplinas: la penitencia, oración, ayuno, y actos de caridad. 

Ceniza
La Cuaresma da comienzo con el Miércoles de Ceniza, y es bueno recordar que la ceniza no es magia ni tampoco un Sacramento. Es un sacramental, por el cual la Iglesia nos invita a reconciliarnos y a pedir perdón. La Cuaresma, es el momento de mostrar nuestro crecimiento espiritual desde el fondo de nuestro corazón, es el momento de responder a la gracia de Dios, desde lo profundo nuestra humanidad.
La Iglesia nos enseña que los sacramentales son señales de fe y que los símbolos cristianos tienen significado. La costumbre del pueblo Hispano de tener objetos benditos de decir oraciones especiales, y de hacer y vivir signos, es muy antigua.

El Vaticano II, nos dice que, “Revísense los sacramentales, teniendo en cuenta la norma fundamental de la participación consiente activa y fácil de los fieles, y atendiendo a las necesidades de nuestros tiempos.” (SC número 79). El Catecismo de la Iglesia Católica en su (número 1667-1679) nos da pautas importantes a seguir y a poner atención de que en los sacramentales se debe de considerar la importancia de la catequesis en la piedad de los fieles dentro de la Religiosidad Popular, y de las diversas culturas que atienden a la celebración de la Ceniza.

Oración
Durante la Cuaresma, somos motivados a participar más frecuentemente en la Eucaristía, no solo los domingos pero también los días tradicionales cuando se observa la penitencia, como el viernes. Este es un tiempo especialmente benéfico para celebrar el Sacramento de la Penitencia así como otras liturgias de la Iglesia, tal como Noche de Oración y adoración y bendición del Santísimo Sacramento. Otras devociones como las estaciones del vía crucis, vigilias, y servicios de oración, son recomendadas. Prácticas individuales también son sugeridas tales como la oración diaria, leer la Sagrada Escritura, la lectura espiritual, dar limosnas, privarse de gustos personales, y cuidar y dar servicio a los enfermos y a los pobres.

Ayuno y Abstinencia
Negarse o limitarse en las comidas es una práctica tradicional de penitencia. Durante la Cuaresma, todas las personas de 18 años en adelante y hasta al día siguiente de haber cumplido 59 años, están obligadas a observar el ayuno y abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

El ayuno consiste en una comida al día sin carne roja. Se pueden consumir otras dos comidas pequeñas que no contengan carne. Pero estas dos, juntas, no deben de equivaler a una comida completa. Los líquidos, como la leche y el jugo, se pueden tomar entre comidas. Si la salud o el trabajo se ven afectados, la persona no está obligada a ayunar. Se recomienda que las personas observen, de manera privada, el ayuno todos los días de la Cuaresma.

Los párrocos y los padres de familia deben de asegurarse que los niños, quienes no están sujetos a las reglas del ayuno y la abstinencia, sean catequizados en el sentido auténtico de la penitencia, la conversión, y la reconciliación. La abstinencia de comer carne se observa solamente el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo y si es posible todos los viernes durante Cuaresma. Todos los fieles están sujetos mediante las leyes de la Iglesia a abstenerse de comer carne a partir de los 14 años de edad.

Deberes de la Pascua y la Sagrada Comunión
Todos los fieles, después de haber hecho su Primera Comunión, están obligados a comulgar por lo menos una vez al año. Este precepto se debe de cumplir durante la temporada de la Pascua a menos que esta regla sea cumplida durante cualquier otra temporada del año si existe una explicación justa. En los Estados Unidos, conforme a esta regla, la temporada de Pascua comienza el Primer Domingo de Cuaresma y concluye el Domingo de la Santísima Trinidad (el Domingo después de Pentecostés).

Sacramento de la Penitencia
Después del Bautismo y de hacer un examen cuidadoso de conciencia, los fieles Cristianos están obligados a participar en el Sacramento de la Penitencia, si es que existe conciencia de pecado grave que no ha sido reconocido y confesado individualmente. Se recomienda que los pecados veniales sean también confesados. Los fieles adultos que ya tienen un entendimiento del pecado están obligados a confesar sus pecados graves al menos una vez al año.

Lo más importante en esta temporada de Cuaresma es el saber girar nuestro corazón a Dios y darnos cuenta que la ceniza que ponemos en nuestra frente al comenzar la Cuaresma no es magia, ni mucho menos un mito. Es, sin embargo, un compromiso que nos lleva y acerca cada día más al Señor.

©Lupita Vital
vital@dsj.org