lunes, mayo 01, 2017

Domingo del Buen Pastor



“El nos Llama por Nuestro Nombre”

Después del largo invierno  por fin llega la primavera. Cuando esta llega es como una súbita revelación. Primero, apenas visible un tinte de verde barre a través de las estériles montañas. En tan solo unos días, las hojas brotarán de los árboles llenándolos con su follaje. Largo silencio, cubre de nieve la copa de las cerros, la vida se rompe en libertad, llenando los valles y las montañas hasta el borde.

Montañas, valles y colinas renovados con el calor del sol, muestran profundamente el sabor de la abundancia de la creación. ¿Cuántas veces hemos tratado de subir lo más alto para ver y palpar la majestad de la postura de las montañas?
 
Si ponemos atención a los montañistas que hasta mueren tratando de escalar lo más alto y palpar la belleza y la maravilla que les llena de paz y silencio al llegar al tope de la montaña. Apenas el domingo 30 de abril de 2017  Ueli Steck, de 40 años el alpinista veloz, que basaba su existo en la alegría murió en la montaña cerca del Everest.  ¡Descanse en paz! 

Pase lo que pase, no importa lo que hagamos, no importa cuánto sufrimos para continuar en la vida llenándonos continuamente de energía, de nueva vida tanto en lo físico como en  lo espiritual, debemos de poner atención en la naturaleza que cada año estrena vestido nuevo sin perder su esencia y su candor. 

La Lectura de Hechos 2:36-41, invita con claridad al arrepentimiento, es un mensaje urgente de actuar como bautizados. 

La voz de Jesús en el Evangelio de este cuarto Domingo de Pascua nos presenta al Señor como el Buen Pastor, y de cómo nos sigue llamando día tras día, nos sigue invitando a renovarnos a caminar a su lado. 

Grandes pastos verdes nos esperan  si entramos por su puerta. “Yo soy la puerta: el que entre por mi estará a salvo: entrará y saldrá y encontrará alimento”. (Juan 10:9).
 
Preguntas de reflexión para la semana:

¿Qué nos dice Jesús sobre su vocación de Buen Pastor?
¿Qué voces escucho y sigo en la actualidad?
¿Soy una oveja que sigo al Pastor, o me pierdo facilmente entre el ajetreo de otras voces?

Lupita Vital Cruz
 Vital@dsj.org